PAPEL DE LA POLÍTICA FISCAL EN LA RECUPERACIÓN DE LA ECONOMÍA




 Las finanzas públicas han experimentado un grave deterioro como consecuencia del impacto directo de la pandemia en el gasto sanitario, del normal funcionamiento de los estabilizadores automáticos y de la respuesta fiscal dirigida a apoyar las rentas de los hogares y las empresas. 

El déficit presupuestario podría haber superado el 10 % del PIB en 2020 y la deuda pública habría aumentado hasta niveles próximos al 120 % del PIB. 

Con todo, a pesar de la magnitud de estas cifras, a corto plazo será necesario alargar el estímulo fiscal.

 En estos momentos, no hacerlo provoca que haya más costes que beneficios. Pero, al mismo tiempo, es imprescindible evitar un crecimiento de los gastos menos productivos, sobre todo de aquellos de carácter estructural. 

En este sentido, se requiere un fuerte compromiso con una senda de consolidación gradual una vez que se supere la crisis. Para ello, es necesario diseñar un programa plurianual de consolidación fiscal, con una descripción detallada del plan de actuación propuesto para alcanzar una senda de corrección paulatina de los desequilibrios acumulados. En otras palabras, es imprescindible evitar retrasos injustificados en la reconstitución de los colchones fiscales que pueden ser necesarios en futuras situaciones adversas. Un anuncio temprano del plan de consolidación maximizaría su credibilidad y su impacto positivo en la confianza de los agentes. 

En paralelo a la consolidación fiscal, diseñar una ambiciosa agenda de reformas estructurales que permita incrementar nuestro potencial de crecimiento, relativamente reducido, contribuiría a revertir la senda de la deuda pública a medio y a largo plazo.

Comentarios

Entradas populares